Sindicalmente pertenecemos al Sindicato de Obreros del Campo que se fundó en el año 1977 y que es un sindicato de clases que pretende en Andalucía la Reforma Agraria ya que el 2% de los propietarios posee el 50% de la tierra, que apuesta por el pleno empleo mediante la creación de un sector público fuerte que se opone a las limosnas gubernamentales que los distintos gobiernos ofrecen a los jornaleros y que no renuncia por supuesto a otro modelo social y político porque sabemos muy bien que los grandes problemas como el paro, la emigración, la falta de viviendas y la conculcación de los derechos humanos no podrán romperse sino es desde la desaparición del capitalismo que es una gran fábrica de “desechos humanos”.

Nuestra lucha pues siempre se ha dirigido contra el paro y por la tierra y desde luego por la libertad porque la libertad sin igualdad es una gran mentira y una carcajada de los poderosos. 

Nos llaman radicales porque queremos ir a la raíz de los grandes problemas estructurales que tiene Andalucía a la que consideramos una nación que necesita soberanía para defender sus intereses frente al de las grandes multinacionales que son quienes verdaderamente controlan el mercado.

En Marinaleda, desde esta filosofía, nos hemos movido básicamente a la conquista de la tierra porque sabíamos que aquí estaba la clave para salir del paro crónico en el que los jornaleros de nuestro pueblo han tenido que vivir durante muchísimos años. El SOC ha sido sobre todo una herramienta imprescindible en nuestras movilizaciones frente a los grandes terratenientes, por un convenio justo, por el empleo, contra las máquinas de aceitunas o por la Reforma Agraria y desde luego también un instrumento de presión frente al gobierno para resolver conflictos como el de subsidio de desempleo que ha reconvertido a los jornaleros con 18 años en pensionistas perpetuos del Estado.

La lucha sindical en nuestro pueblo ha tenido un gran éxito puesto que ha conseguido casi siempre los objetivos que nos proponíamos y sobre todo el objetivo principal de la tierra. 

Por supuesto que nuestro sindicato además de clase y por tanto de izquierdas y cuando decimos izquierda, la izquierda revolucionaria, nacionalista, utópico, internacionalista, ecologista y desde luego defensor de los derechos humanos comenzando en este instante preciso por los inmigrantes a los que consideramos, una vez pisen Andalucía, trabajadores andaluces con todos los derechos.