Siempre hemos tenido claro que con estas dos herramientas, el Sindicato y el Ayuntamiento, coordinadas desde la Asamblea General podíamos dar lugar a un poder popular cuyo objetivo al ser un poder de clase fuera subvertir el orden establecido por las clases dominantes.

Tanto el sindicato como el Ayuntamiento han sido sobre todo un instrumento de movilización popular porque sabíamos que sólo desde la fuerza de la acción podíamos abordar los retos que nos proponíamos.

Desde este poder hemos abordado:

• La conquista de la tierra y el acceso de los trabajadores a este medio de producción

• La construcción de viviendas

• La lucha por bienestares comunitarios

• La búsqueda del pleno empleo

• El crear contradicciones en todos los talones de Aquíles del Capitalismo

Y por supuesto que para ello era necesario que quienes tuvieran alguna responsabilidad en este proyecto colectivo tuvieran un comportamiento ético que es imprescindible para anunciar con fuerza las ideas que nos mueven. Fue por esta razón por la que establecimos:

• Todos los cargos son elegibles y revocables por la asamblea general de nuestro pueblo

• Cualquier persona que ocupe alguna responsabilidad deberá ser el primero a la hora de la lucha y los sacrificios y los últimos a la hora de los beneficios

• Consideramos que el dinero debe ser un instrumento de solidaridad y libertad y nunca un botín para enriquecimiento particular de nadie. Por eso nadie cobra absolutamente nada por ejercer los cargos políticos o sindicales en nuestro pueblo sino que cada cual vive de su trabajo.